Pequeños detalles con importancia

Lo mismo es un problema mío, pero por detalle entiendo aquello que se da y que si no se hubiera dado nadie podría reprocharlo. Ahí van los siete, como sus colinas, con los que me quedo de Lisboa:

El conductor que te espera: Todos los días he cogido el tren para ir a trabajar. No pasa con mucha frecuencia. Siempre que el conductor me ha visto corriendo por las escaleras metálicas que dan acceso al andén me ha esperado. Y, o son clones, o los conductores cambian. 

El hablar quedo: Lo dijo Juancha en un comentario y lo refrendo. El hablar de esta gente engancha. Hasta cuando, como yo, no les entiendes. Bajito, en comparación con España, se habla en cualquier lado, pero aquí además es sosegado, dulce y suavón. De ahí que se permitan mesas corridas en los restaurantes y que su música siempre esté al volumen justo.

La ausencia de publicidad y neones en las calles. He tardado en darme cuenta de esto. Algo hay, pero no abruma ni molesta. Y creo que esto, junto a sus aceras son los ingredientes secretos de la imagen ensoñadora con la que se asocia a Lisboa. Está como estaba.

Su metro. Espacioso y  nada claustrofóbico. Y los vestíbulos los usan con frecuencia para mostrar música o danza de gente no profesional. Hoy estaban de villancicos (sic), pero hace unos días vi una muestra de sevillanas que me dio ternura.  

Su cine en pantalla grande subtitulado. Acostumbrado a las salas de estar XL en las que veo películas en V.Original en Madrid, ir aquí al cine normal (grande) y encontrarte con que los estrenos son en su idioma está muy bien. Y suelen poner ABBA antes de la película. Lo cual te mete en un tono curioso. Aunque luego venga el gran dramón.

Casi inexistencia de palabrotas (no podían llamar de otra forma a los tacos). Intenté hacer una entrada de los tacos del portugués y desistí en el intento. Más de un caramba es difícil sacárselo. Son educadísimos. Salvo cuando imitan a españoles y no paran de decir jodé. 

El policía que te cuida. Lo voy a llamar Joao. Dirige el tráfico del cruce de mi calle con otra más ancha y con tranvía. Lo hace usando las dos manos, la cabeza, las cejas y hasta los párpados. Como Bernstein la orquesta. Un día crucé el paso de cebra sin esperar su señal y me regañó. Desde entonces aguardo entretenido su gesto para hacerlo. Juro que un día fue un guiño de ojo.

4 comentarios:

  1. Da un poco de saudade tu entrada, ¿te estás despidiendo de Lisboa?

    yo me quedo, no necesariamente por este orden, con:
    - tu casera
    - las sillas en la calle
    - los números de las puertas
    - los puentes
    - las sombras
    - y este guiño, que es más fantástico de lo que dejas ver aquí

    el guiño que sabe a quíen está guiñando, el guiño que sabe que va a ser entendido

    pienso que no te guiñó el policía, te guiñó Lisboa.

    A Lisboa le ha gustado tenerte un rato.

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  2. Se te ha olvidado comentar uno, que ya me encargo yo de incluir, y que será válido para los futuros blog de tus viajes/destinos Mudo.

    El detalle con importancia de lo buen anfitrión que eres, preocupado por ese equilibrio imposible entre el cansancio acumulado de tener pocos días para ver una ciudad como Lisboa (léase Granada, Ciudad Real, Sevilla, Melbourne, Tombuctú....) y las necesidad de que no te pierdas ese rincón que tanto te ha gustado y que revisitas "n" veces, tantas como amigos invitados tienes/has tenido/tendrás en tu casa.

    Cuando uno está viajando su ciudad temporal (la de Mudo), él ya ha hecho una buena batida por los mejores cafés, ha investigado donde se toma la mejor vista, ha preguntado los horarios más convenientes para coger el transporte más adecuado y sobretodo ha aprendido a comunicarse con los nativos.

    Este detalle con importancia, como todos ellos, cualquiera que los disfruta de algún u otro modo los percibe y disfruta, porque Mudo calladamente sabe adaptarse a cada amigo que invade su silencio, incluso con combinaciones complicadas de acallar.

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  3. Joder que comentarios más bonitos habéis dejado. Cualquier cosa que ponga ahora va a oler a pedo. Así que ire a otra cosa.

    Fui testigo del guardia de tráfico. Si no lo habéis visto no podéis haceros una idea de lo impresionante que es. Ojalá ponga Sr.M un vídeo de él.

    Sr.M es un gran anfitrión que tiene que ser algo relacionado con un tritón y, aunque ya te lo dije por mail, no puedo evitar decirte aquí que te despidas de esa jaula de pájaros tan magnífica por mi (a no ser que la robes como dios manda). !!Exijo una foto de la jaula también!! que no sea por no pedirlo.

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  4. Alicia, sí me despido de Lisboa. Una entrada más y para casa. Y he estado de saudade subida. Me cuesta que no se me note, pero ya pasó.
    Menudos comentarios guapos. El de olor a pedo también. Si creéis que soy buen anfitrión es porque elijo muy bien a los huéspedes. Y puede sonar a "el gusto es mío" pero es más que eso. No es frecuente llegar a tu casa y que el invitado haya hecho la compra. O que el invitado sea uno más en medio de desconocidos (como la fiesta aquella igualita a la de "El guateque" a la que fuimos en Granada (bajo Albaizin por cierto)). Que dure.

    Si me diera tiempo metía la foto de la jaula, y si no fuera ilegal, grabaría al policía. No creo que cambie de sitio. Quien quiera verlo que venga a ver a mi casera, Ana Teresa.

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