Joder, que sitio y que fotos y no por ese orden. Vaya colorzaco la segunda. Y me flipa el curvo horizonte de la primera. Es un sitio estupendo para que NO te de un ataque de saudade.
Lo del curvo horizonte es fácil: inclinas la cámara (juas, juas). Me flipó que fue DESPUÉS del atardecer cuando empezó el festival de los colores a los que no puedes poner nombre. Nos íbamos a ir pero decidimos ver el faro de cerca. Y por el camino, casi desde el coche, hicimos la segunda foto.
Pero si no es en coche, a este sitio es muy chungo llegar. Y lo que mola de él es simplemente estar. Escuchar las olas, ver atardecer y ya. No hay ni un mal chiringo. Y al faro no se entra. Solo un convento abandonado que parece sacado de un Western. Y una iglesia no abandonada en medio pero en proceso de. Vamos, que volveremos cuando te toque.
Joder, que sitio y que fotos y no por ese orden. Vaya colorzaco la segunda. Y me flipa el curvo horizonte de la primera. Es un sitio estupendo para que NO te de un ataque de saudade.
ResponderEliminarLo del curvo horizonte es fácil: inclinas la cámara (juas, juas).
EliminarMe flipó que fue DESPUÉS del atardecer cuando empezó el festival de los colores a los que no puedes poner nombre. Nos íbamos a ir pero decidimos ver el faro de cerca. Y por el camino, casi desde el coche, hicimos la segunda foto.
Pero si no es en coche, a este sitio es muy chungo llegar. Y lo que mola de él es simplemente estar. Escuchar las olas, ver atardecer y ya. No hay ni un mal chiringo. Y al faro no se entra. Solo un convento abandonado que parece sacado de un Western. Y una iglesia no abandonada en medio pero en proceso de.
Vamos, que volveremos cuando te toque.