Pastèis de Belem


Lisboa no es una de esas ciudades que medio mundo podría identificar por uno de sus monumentos. No le pasa lo que a París con la torre Eiffel o a Atenas con su Acrópolis. A cambio, Lisboa sí que tiene un alimento que HAY que comer si se pasa por aquí: Los pasteles de nata. Y tienen que ser los de la pastelería que los creó, que está en Belem, bonito barrio (freguesía) a las afueras de Lisboa.
No hay guía de viajes deje fuera la degustación de estos dulces. Y como buen "ítem" turístico, estos pasteles han sido rodeados de la usual parafernalia: La receta parte de la de los monjes del vecino monasterio de los Jerónimos, sólo la tienen cuatro personas (eso me suena), el sitio se niega a franquiciarse a pesar del éxito, lleva abierto casi 200 años...

Calle de la pastelería en día de niebla
(los pasteles son poco fotogénicos)
Así pues, cada vez que paso por la puerta de esta pastelería, veo una larga cola de gente (con mucha gorra y pantalones cortos) a la espera de tachar de la lista "cosas que hacer en Lisboa" los célebres pasteles. Cuestan más de un euro y se comen de dos bocados. Pero la gente los compra mucho (vivo al lado).

Lo que diferencia a estos pasteles de la Sirenita de Copenague, del niño meón de Bruselas o del toro de Wall Street es que verdaderamente merece la pena darse el paseo para comerlos. Aunque sean llamados "de nata", a mi me saben también un poco a crema, tienen la parte superior algo churruscada y los bordes hojaldrados. Los venden calentitos. Jamás he podido comerme solo uno. Al principio no me parecieron para tanto, pero como con la cerveza o Blade Runner, todo fue cuestión de insistir.

Lo que desconcierta es que aprovechando que esta pastelería funciona como un tiro, justo enfrente han abierto un McDonalds. Y sí, las colas de uno y otro sitio se parecen mucho. 

10 comentarios:

  1. Un pastel es siempre, siempre, fotogénico.

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    1. La verdad es que no, pero entiendo: Un pastel es como un bebé propio. Sea como sea (feo, en general) parece bonico.

      Pero ahora que no fumas, me preocupa más si hueles (1) de un pastel hasta la colonia del pastelero (2)(3) que lo hizo.

      1: Lo de que hueles sea con hache y oler sin ella, me parece desconcertante.
      2: Odio la palabra "confitero". No suena a dulces, suena a cotillón de nochevieja.
      3: Lo de la colonia del pastelero va por su olor (fragancia, maldita palabra) no por su asentamiento en caso de ser judío o veraneante.

      Ya os digo que me dejasteis alterado en los comentarios a la anterior entrada y no he tenido más remedio que copiaros (homenajearos, otra palabra de mierda aún superior a su concepto en casos de plagio)

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  2. Y filete empanao, emapanao, empanao...

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    1. jajaja. Aunque así puesto, da lugar a muchas interpretaciones:

      a) Sólo comes pasteles si son de chocolate. Y filete empanao.
      b) Sólo te alimentas de chocolate. Y de filetes empanaos.
      c) Sólo comes pasteles de chocolate y filete empanao (receta de Adriá)

      Si la respuesta es c), mezcla el chocolate con el queso de cabrales y descubre la mezcla de los futuros "After eight" (astures): "Before nap"

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  3. ¿Como que la cola de los pastelitos se parece a la del Mc Donald? Esto me ofende. Comparar las dos colas es como poner en el mismo plan el pastel de nata con una hamburguesa con ketchup. ¿È uma brincadeira?

    En nombre de la Asociación cultural en defensa de los pastelitos de Belén, te pido que rectifiques inmediatamente.

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  4. ....y para demostrarte la superioridad de los pasteles de Belém, contesta a eso: en la foto (estupenda como todas las que estás publicando) de sillón, silla, mesita, ¿que pondrías en la mesita junto al cafezinho: una hamburguesa o un pastel?

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  5. Mikisong, nunca quise decir que un pastel fuera peor o igual que una hamburguesa (y menos de McDonals) pero sí que doy fe de que las colas para comprar el pastel se duplican en el McDonals. Que la gente se come lo mismo un pastel que una hamburguesa si en una guía de viajes dicen que hay que comerse el pastel, como meten la mano es cualquier boca de la verità, tiran una monedilla allá dónde haya otras bajo el agua o chupan un percebe con cara de asco. Eso quería decir, no que una cosa sea comparable en calidad a la otra.

    Claramente los pasteles de Belem son fantásticos. Y quedarían mejor que una hamburguesa en la mesita a la que te refieres. Pero la respuesta de Alicia (la exfumadora (?)) ha ganado. La pregunta es si lo querría para derramar sus lágrimas de exfumadora sobre él o para ponérselo de sombrero.

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  6. En mi calidad de exfumadora(2), si pudiera o pudiese(1) sentarme en la silla, porque ya os digo que prefiero la silla, me echaría un cigarrrrrr.

    (1) Siempre se pone una "o" ahí, como si esas dos conjugaciones del mismo tiempo verbal fueran o fuesen mutuamente excluyentes. Y no me digáis que es la misma cosa, porque esa "o" es una conjunción disyuntiva, ¡disyuntiva! por el amor de Crom. Desde aquí, reivindico la conjunción copulativa.
    (2) efectivamente, no estoy bien de lo mío

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