Al portugués por el cultismo

Una de las cosas que forman parte de toda primera conversación de español en Lisboa es que el portugués es una especie de castellano antiguo. Me consta que a los portugueses no les hace mucha gracia oír esto. Pero es cierto que este idioma, en su uso diario, anda más cerca del latín que el castellano. A la pregunta de a qué se debe, de lo leído, la única cosa que me convence es la mayor exposición de España a otras lenguas: es el castellano el que se alejó del latín y no el portugués el que se obcecó en quedarse en él.

En cualquier caso, casi cada palabra en castellano tiene su cultismo. Que nos hemos contaminado pero el latín queda igual. Pues bien, cuando queramos hablar en este portugués de bolsillo, usando cultismos es muy posible que acertemos. Unas veces porque damos en la diana: Lo que en castellano es (me limito a verbos) Cambiar, Ocurrir, Aumentar, Coger, Soltar, Suceder, Buscar o Marcharse, en portugués es Trocar, Acontecer, Acrescentar, Agir, Largar, Aquecer, Pesquisar y Partir, respectivamente. Otras porque simplemente sus cultismos son muy similares a los nuestros (Observar, perceber, apreciar, estimar, calcular, ingerir, deglutir, amarrar y mil más).

Así que los cultismos serían lo contrario a los falsos amigos de los que ya hablamos. Y empleándolos puede que resultemos un poco cargantes, bastante redichos y emanemos fragrância a naftalina, pero nos vamos a entender. O eso creo yo que me pasa con mi casera.

7 comentarios:

  1. Me encantan, dime más! Y quita la cosa esa para demostrar que no eres un robot para comentar. Creo que soy uno y me cuesta mucho dejarte algo escrito. Me voy al Mago de Oz a que me de unos ojos de humano para leer eso.

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  2. Gracias. Intentaré listar los sustantivos con los que pasa lo mismo, que una noche acabamos hablando de "tubérculos escaldados" en vez de "patatas fritas", y "diminutas ambrosías de maní" por conguitos y chorradas por el estilo (a esas horas en las que uno ya debería ir por el tercer sueño y no arruinándose por un kebah).

    Ya he quitado lo de la verificación. No sabía que estaba. A mí no me lo pedía.

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  3. Hace un tiempo llegué a una conclusión parecida, pero no sabía que molestase a los portugueses el hecho de que comparemos su lengua con una suerte de castellano antiguo (o rancio, que también tiene mucho de ello y me congratula). Me hubiera gustado aprender algo más de mi breve estancia en Bragança, pero todo el portugués que aprendí a hilvanar fue "tengo las bolas como guisantes", merced al frío que hacía (no lo pongo en portugués porque no sé cómo se escribe, y me da vergüencica ponerlo patateramente).

    Las postales que acompañan a las entradas son suyas de usted, ¿verdad? Permítame decirle que tiene usted un ojo muy fino. Y las casas con fachada de azulejo cual cuarto de baño me encantan. Perderme en furgoneta por Lisboa fue una oportunidad de ver unas cuantas.

    Yo que usted trataría de grabar una conversación con su casera de usted.

    "Tubérculos escaldados" me sulivella, me obnubila lo más grande.

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  4. Me alegran las cosas que te gustan de la entrada y de los comentarios. Era de esperar que un experto en castellano rancio apreciara esto. Ahora solo falta que te de inspiración, que andamos con poco que leer sobre el tema últimamente. A cambio, te tengo al dia de las chorradas tipo tubérculos escaldados que surjan en los nuevos viajes. En todos aparecen chorradas de estas. Lo de mi casera, si habla ella, lo grabo.

    Mudo.

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  5. Valeeeeee... Soy un palomo. De puro tonto e ingenuo. Y poco más que decir. El que quiera más que me visite. Si me queréis no irse.

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  6. Esta casa de azulejo azul, ¿es esa que está en una calle cuesta abajo? ¿la te se ve un poquirrín en la entrada comparando barrios (Alfama, Albaizin lisboeta)?
    Siempre que voy a Lisboa la busco para mirarla un rato...

    (efectivamente, he ido a Lisboa tres veces en toda mi vida, pero me gusta dármelas)

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